Los deportistas constituyen un modelo de imagen saludable para la sociedad y los éxitos deportivos son clave para obtener reconocimiento social así como beneficios económicos crecientes. Esta situación presiona a los deportistas y a su entorno, provocando una necesidad de ser siempre primeros y creando un ambiente propicio para la transgresión que facilite el éxito a cualquier costo.

Los hermanos cardiólogos españoles Pere, Josep y Ramón Brugada han dado nombre a este síndrome que se correlaciona con la muerte súbita en deportistas. Fue en el año 1992 cuando lo reconocieron como entidad clínica que puede causar una fibrilación ventricular (arritmia cardíaca, con alta incidencia de muerte súbita). Habitualmente esto ocurre por una mutación en 4 ó 5 genes (de los que se conocen 300 mutaciones) que codifican los canales del sodio, importante en la despolarización de las células. Es decir, que afecta a los canales eléctricos que hacen que el corazón funcione con su ritmicidad específica.

También desde el año 2005 se cuentan con informes en la literatura médica acerca del enmascaramiento del mismo por consumo de otros fármacos como antidepresivos, antihipertensivos o algunos antiarrítmicos.

El síndrome de Brugada ha suscitado gran interés por su alta prevalencia en muchas partes del mundo y su asociación con un alto riesgo de muerte súbita en adultos jóvenes y menos frecuentemente en niños y niños.

El Dr. Josep Brugada analiza el síndrome de Brugada 25 años después de su descubrimiento. En el mismo da las pautas para la práctica clínica respecto a esta enfermedad y avanza el futuro en su investigación. Además comenta la importancia de realizar un correcto diagnóstico y la importancia de dar una correcta información para que familiares y el propio afectado no entre en una avalancha de pánico.

Con este pequeño artículo no se pretende alarmar a nadie y sí que todo lo que hagamos por nuestros jóvenes deportistas (y los no tan jóvenes) sea la prevención. Y que cuanto más informados estemos, más prevenidos estaremos. Y sobre todo concienciación.

La muerte súbita asociada al deporte es rara, con una incidencia de 1-3:100.000 habitantes/año, pero cuando esta población se divide en deportistas y los que no lo son, la tasa sube casi al triple. El riesgo se multiplica en aquellas personas que son portadores de la anomalía y asintomáticos (personas jóvenes y aparentemente sanas) por lo que se crea una alarma social y son mediáticamente impactantes.

Según la Fundación Brugada los objetivos de la evaluación de sujetos para realizar deportes se resumen en:

1. Prevenir la muerte súbita
2. Evitar incapacidades por daños producidos durante el ejercicio
3. Prevenir exacerbaciones de una enfermedad cardíaca preexistente
4. Cumplir requerimientos legales y de seguros

En Italia, gracias a un programa de cribado (evaluación para detectar anomalías congénitas o adquiridas mediante un electrocardiograma o ECG) pre competición, la tasa anual de muerte súbita disminuyó del 3,6 al 0,4 %/100.000 personas/año, mientras que en las que no se hicieron este cribado siguieron mostrando la misma incidencia. Y el seguimiento periódico de los atletas representaría la otra base en la que se sustenta esa bajada de incidencia. El seguimiento de estos cambios  inducidos por el ejercicio tiene un evidente interés  científico y académico, pero de forma tanto o más importante, tiene una vital importancia clínica, pues  permite la detección de respuestas adaptativas exageradas o patológicas al entrenamiento.

A pesar de la controversia aún existente sobre el método óptimo de valoración (hay más como un ecocardiograma, RMN, registro Holter), parece lógico pensar que los  deportistas  tienen el derecho de recibir al menos  la información sobre la posibilidad de estos programas  de cribado (Brugada).

En La Voz de Galicia se hizo una entrevista a Josep Brugada, de la cual extraigo lo más relevante y que nos tiene que hacer reflexionar:

-¿Suele darse en gente joven?

-No necesariamente. Es verdad que los primeros pacientes que estudiamos eran muy jóvenes, pero en realidad es que suele estar silente y los episodios se dan más a partir de los 40 años.

-¿Hasta qué punto está relacionado con la muerte súbita?

-En España se producen 35.000 muertes súbitas al año. De ellas, la gran mayoría, unas 30.000, son por infarto agudo de miocardio generalmente por obstrucción de las arterias. Las que no tienen como causa el infarto o una patología estructural, son las enfermedades eléctricas. Entre ellas, el síndrome de Brugada, que aquí afecta a 1 de cada 5.000 personas, aunque en otras zonas como el Sudeste asiático a 1 de cada 2.000.

-¿Cómo se puede identificar a esas personas con mayor riesgo de sufrir un episodio fatal?
-Es fácil, el síndrome se puede ver con un simple electrocardiograma, una prueba muy sencilla.

-¿Y cómo vamos en eso?

-Mal. No hay una campaña global para que todo el mundo tenga al menos un electro a lo largo de su vida. Lo intentamos y no solo para detectar el síndrome de Brugada, sino para diagnosticar otras patologías.

Los especialistas insisten en la necesidad de desfibriladores para evitar muertes súbitas. Aquí podrás ver una noticia con aspectos muy importantes en la prevención, pero también en la forma de actuar cuando un caso se pueda presentar.